Un estudio de Columbia University indica que el flujo interestatal de armas de fuego tiene implicaciones cruciales para la prevención de la violencia
Washington DC
La autopista Interestatal 95, que se extiende casi 3.100 kilómetros desde Florida hasta la frontera con Canadá, es una de las mayores rutas de tráfico ilegal de armas en Estados Unidos, según un estudio de la Universidad de Columbia publicado este martes.
Los investigadores usaron datos de rastreo de armas del Buró de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, en inglés) y midieron las transferencias interestatales de armas empleadas en crímenes entre 2019 y 2020.
Las transferencias de armas de fuego que cruzan los límites estatales socavan las políticas locales de control de armas, indicó Christopher Morrison, profesor en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Columbia, en Nueva York, y uno de los investigadores.
“Nuestro estudio mostró que el flujo interestatal de armas de fuego tiene implicaciones cruciales para la prevención de la violencia”, agregó Morrison.
Según el experto, es importante entender cómo fluyen las armas en el país para identificar las rutas del tráfico y el impacto que cada estado tiene sobre sus vecinos.
En el período estudiado, 275.345 personas murieron y 803.393 fueron atendidas en salas de emergencia debido a tiroteos, y en tan sólo 2019, más de 30.000 armas de fuego transadas en compras interestatales se usaron en distintos crímenes como asaltos, robos y homicidios.
Los resultados muestran que, en ese período, 526.801 armas usadas en crímenes en los 48 estados (sin contar Alaska y Hawái) fueron rastreadas como compras interestatales, y ese flujo ocurrió en torno a múltiples autopistas interestatales.
Además de las asociaciones directas de los delitos con armas de fuego con la salud y la seguridad, la exposición a la violencia puede tener consecuencias duraderas, incluidos efectos psicológicos y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y mortalidad prematura.
Las autoridades públicas y privadas de la ciudad, el condado, y los niveles estatales invierten mucho en intervenciones preventivas para reducir los delitos con armas de fuego y proteger la salud de sus comunidades.
Los investigadores descubrieron otras rutas antes no identificadas en todo el país y determinaron que el tráfico de armas de fuego a lo largo de la Interestatal 95 es más complejo que lo hasta ahora se creía.
La 95 es una de las más antiguas en el sistema de autopistas de Estados Unidos y su recorrido empieza en Miami y pasa por Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Virginia, el Distrito de Columbia, Maryland, Delaware, Pensilvania, Nueva Jersey, Nueva York, Connecticut, Rhode Island, Massachusetts, Nuevo Hampshire y Maine.
Dado que las armas son bienes livianos y fácilmente transportables y que existe una variación considerable en las leyes sobre armas entre estados. Las teorías de la geografía económica predicen que las armas fluirán ilegalmente desde los estados de origen con menos restricciones a los estados de destino con más restricciones.
Una vez en estos destinos, pueden usarse de maneras que son perjudiciales para la salud de la población, incluidos delitos relacionados con sustancias peligrosas, diversas formas de agresión e incidentes que conducen a suicidios u homicidios.
Investigaciones anteriores realizadas por algunos de nosotros demostraron que la entrada de armas desde otros estados socava las estrategias locales de reducción del suministro de armas, lo que en última instancia agota recursos limitados y contribuye a la carga general de delitos con armas de fuego en Estados Unidos.
Una observación relacionada es que el flujo de armas es mayor a lo largo de las principales rutas de transporte interestatales. Este fenómeno ha sido denominado Iron Pipeline y se refiere más comúnmente al corredor de la Interestatal 95 (I-95). Las armas de los estados con menos restricciones a la compra de armas a lo largo de este corredor, como Pensilvania y Georgia, se relacionan con mayor frecuencia con delitos en estados con leyes de armas más estrictas, como Nueva York y Nueva Jersey, a lo largo del mismo corredor.
Esta noción se ha vuelto tan común que se pueden encontrar referencias a la I-95 como un oleoducto de hierro en muchas fuentes, incluidos proyectos de ley del Congreso. Sin embargo, es posible que la I-95 no sea el único oleoducto de hierro. Por ejemplo, se han observado patrones de movimiento de armas de los estados del sur a Illinois y de los estados del oeste a California.
Una brecha crítica para la investigación empírica es la identificación de otras rutas de transporte que contribuyen a los delitos con armas de fuego cometidos interestatales. Además, es imperativo que dicha investigación tenga en cuenta la autocorrelación espacial, en la que los estados más cercanos probablemente sean más similares que aquellos que están más alejados.
Este estudio tuvo como objetivo identificar posibles rutas de tráfico de armas a lo largo de las carreteras interestatales de Estados Unidos. El sistema de autopistas interestatales es una parte vital de la red de transporte, con aproximadamente una cuarta parte de todas las millas recorridas por vehículos en los EE. UU. ocurren en carreteras interestatales.
La reducción del tráfico de armas dentro de esta red puede tener implicaciones críticas para la prevención de la violencia y los efectos asociados a la salud. Planteamos la hipótesis de que los recuentos de transferencias de armas de fuego rastreadas entre estados conectados a través de las principales carreteras interestatales serían mayores de lo esperado en función de la proximidad espacial y que las transferencias de armas rastreadas serían mayores a lo largo del corredor I-95. EFE
EL DATO
- Según la plataforma USAFacts, en 2019 Nuevo Hampshire fue el estado con la mayor producción de rifles, casi 328.000, y de pistolas con más de 700.000, en tanto Florida fue el que produjo más revólveres con casi 190.000.
- El tráfico de armas ilegales tiene, asimismo, impacto en México, América Central y el Caribe, donde el contrabando de rifles semiautomáticos, escopetas, pistolas y revólveres contribuye a la violencia y los crímenes de bandas y organizaciones del tráfico de drogas.
- Según una investigación del Centro Wilson, en 2016 unas 9.000 armas de fuego originadas en EE.UU. se usaron en crímenes en México y la cifra llegó a unas 15.000 armas en 2022.
- En ese período, el tráfico de rifles semi automáticos aumentó en 105 %, el de escopetas en un 85 %, y el de armas cortas un 75 %, según el Centro Wilson.
Publicado el 09 de Abril, 2024