Son las recetas del BID para una América “verde” y lograr economías más sostenibles
EFE
Washington
Reducir el consumo de carne o electrificar la flota de autobuses urbanos son algunas de las principales recetas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para transformar las economías de América Latina y el Caribe y hacerlas más sostenibles.
Durante un panel sobre propuestas para descarbonizar la región celebrado el miércoles anterior durante el foro virtual “Una región, un compromiso: acelerando la revolución de la sostenibilidad en América Latina y el Caribe”, el economista de la división de Cambio Climático del BID Adrien Vogt-Schilb defendió que los Gobiernos latinoamericanos faciliten esta transición poniendo facilidades a las empresas.
Consideró que “los ministerios de Transporte tienen que actuar, cambiar sus regulaciones y actualizarlas para que cuadren con las nuevas tecnologías”, y poner facilidades para, por ejemplo, permitir que sea propietaria de los autobuses eléctricos una empresa diferente a los conductores que los manejan, como se hizo en 2019 en Santiago de Chile.
Vogt-Schilb destacó también que la producción de carne en la región es responsable de dos tercios de la deforestación, y de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero en América Latina y el Caribe, pero que muchas personas no conocen la relación entre la dieta y el clima.
MITIGAR Y ADAPTARSE, CLAVE EN LA REGIÓN
Durante el mismo panel, la directora general de Cambio Climático y Desertificación del Ministerio de Medio Ambiente de Perú, Milagros Sandoval, hizo hincapié en la importancia de dedicar fondos no solo a la mitigación -es decir, a los esfuerzos por reducir la huella de carbono-, sino a la adaptación a un clima que inevitablemente será más cálido e inestable.
Sandoval subrayó, en este sentido, la importancia de proteger a las poblaciones más vulnerables: América Latina, siendo una de las regiones que menos contribuye a la emisión de gases contaminantes, es una de las más amenazadas por las sequías, olas de calor y fenómenos meteorológicos devastadores agravados por el cambio climático.
Esto supone un gran riesgo especialmente para las poblaciones rurales o indígenas que viven de la agricultura y la ganadería, y que a menudo son las peor equipadas para hacer frente a los desastres naturales.
CIUDADES MÁS LIMPIAS
Otro ámbito de la transición a una economía verde -y que puede tener efectos beneficiosos muy visibles- es la transformación de las ciudades para adaptarse a un modelo de movilidad menos basado en los coches, explicaron los expertos.
“Esta electrificación y este cambio tecnológico va de la mano con una conversación muy hermosa sobre las ciudades que queremos”, dijo la miembro distinguido de la fundación ClimateWorks Mónica Araya, sobre el tema.
Araya detalló que este nuevo modelo de transporte puede ayudar a crear espacios urbanos donde caminar o ir en bici sean la norma, y no la excepción.
La conclusión del panel fue clara: los Gobiernos de la región pueden dar facilidades al sector privado para desarrollar modelos económicos sostenibles y dar un impulso a la transición energética. EFE