Solo en la región del condado de San Diego y el estado de Baja California viven el 40 % de los residentes de toda la franja limítrofe en entre ambos países y eso se refleja en que el puerto de entrada de San Ysidro es el más transitado en el mundo.
Miles de personas cruzaron este lunes por primera vez en 20 meses la frontera que separa México y los Estados Unidos y lo celebraron visitando a familiares y haciendo unas compras que aliviarán a un comercio sumido en una crisis desde que marzo de 2020 se prohibieron los viajes “no esenciales” por la pandemia.
Esther Salgado cruzó la frontera a California al amanecer para ir lo más rápido posible a ver a su hermana enferma en Bakersfield, unas 250 millas al norte de México.
“Lleva meses enferma, desde junio. Solo he esperado que abrieran de nuevo la frontera a los ‘visados’ (con visa de visitante o turista) para poder ir a verla”, dijo la residente de Tijuana pocas horas después de que el Gobierno de Estados Unidos abriese la pasada medianoche el paso a extranjeros vacunados contra la covid-19 y con permiso de entrada.
Ambas hermanas platicaban en videollamadas casi todos los días. “Pero, usted sabe, no hay nada como estar presente en persona, hacerle un caldito, cuidarla. Es mi única hermana y le había pedido tanto a Dios que terminara esto de que no nos dejaran pasar con visa”, reveló.
Salgado es una de los cientos de miles de residentes de la frontera mexicana que durante casi 20 meses tuvieron prohibido cruzar la frontera al considerar que sus viajes no eran esenciales.
Este lunes “es un día feliz, especial, porque inicia una nueva etapa en que se van a detonar las acciones económicas que se habían visto interrumpidas, pero más importante es que es un día feliz, porque hay cientos de miles de familias que por esos 19 meses se habían visto fragmentadas”, dijo a Efe el cónsul de México en San Diego, Carlos González Gutiérrez.
“Por mucho que nos una el comercio transfronterizo, el vínculo más importante entre Estados Unidos y México es el vínculo humano”, declaró el diplomático.
La supervisora del condado de San Diego que representa a la frontera, Nora Vargas, mostró hoy en declaraciones a la prensa la alegría de que las comunidades binacionales puedan “integrarse otra vez”.
“Eso es lo bonito de esta región binacional; ahora puedo decir a todos mis compatriotas ‘Bienvenidos, ya los extrañábamos y estamos felices de que regresen”, dijo Vargas, inmigrante de Tijuana.
También el director ejecutivo de la Cámara de Comercio de San Ysidro, Jason Wells, destacó el factor humano del fin de las restricciones fronterizas.
En su opinión, las restricciones vigentes desde marzo de 2020 fueron una “discriminación” a los turistas mexicanos que usan visa para cruzar, pues, en su opinión, “todos somos esenciales, y como verán, somos una verdadera familia binacional”.
El dirigente de la patronal dijo que la prohibición de viajes “no esenciales” supuso pérdidas en ventas por un 1.300 millones de dólares y perjudicó directamente a más de 2.000 familias.
Tan solo en la región del condado de San Diego y el estado de Baja California viven el 40 % de los residentes de toda la franja limítrofe en entre ambos países y eso se refleja en que el puerto de entrada de San Ysidro es el más transitado en el mundo, enfatizó el senador estatal Ben Hueso.
FILAS EN LA FRONTERA
Al igual que sucedió en los vuelos internacionales y las fronteras terrestres y por ferry con Canadá, la frontera sureste de Estados Unidos vive hoy mayor actividad en comparación con el último año y medio.
Y en San Ysidro el cruce en automóvil de pasajeros registró este lunes una demora de hasta 70 minutos.
En otros, en cambio, la situación es más fluida y apenas tienen espera, como el de puerto fronterizo de Deconcini, en Nogales (Texas), donde tuvo un máximo de 18 minutos de demora esta mañana.
Sin embargo, la pasada medianoche, justo después de que se reabrieran las fronteras para los extranjeros vacunados, la demora se fue hasta las dos horas y media, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Pero para Bertha Mata la espera en San Ysidro mereció la pena: “No me lo va a creer pero cómo echaba de menos todo esto”.
“Vengo a ver a mis primas a San Diego y me voy a quedar con ellas dos días, vamos a desquitarnos de todo lo que no nos hemos visto y voy a comer todo lo que he extrañado”, comentó sonriente.
Para ayudar a reducir la posible espera, los oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) a cargo de revisar documentos a la entrada del puerto de entrada de San Ysidro hacen una revisión aleatoria de las pruebas de vacunación que se exige para entrar al país.
“Solo les pedimos pruebas a algunas al azar, la mayoría pasa con visa sin necesidad de mostrar evidencia de vacunas”, dijo a Efe el agente Morales, encargado de esta tarea este lunes por la mañana.