EFE
Nueva York
Desde el viernes último, los museos de Nueva York deberán indicar si las piezas de arte que tienen expuestas fueron robadas a sus dueños o cambiaron de manos involuntariamente como parte del expolio del régimen nazi a los judíos el siglo pasado.
La medida estatal, recogida en una ley educativa que entró en vigor hoy, pretende que los museos sean “transparentes con esta información” y que incluyan ese origen histórico en una placa o mensaje junto al letrero explicativo que habitualmente acompaña a cada obra.
“Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis saquearon unas 600.000 pinturas de los judíos. Este expolio no solo estaba diseñado para enriquecer al Tercer Reich sino que era clave para la meta del Holocausto de eliminar todo vestigio de la identidad y cultura judías”, dice la norma.
El estado hasta ahora solo obligaba a informar al Art Loss Register (Registro de Obras Perdidas), el mayor archivo internacional de obras desaparecidas, sobre aquellas piezas creadas antes 1945 que pudieran haber cambiado de propietario durante la era nazi en Europa.
En los últimos años ha habido varias demandas de familias judías que reclaman piezas que pertenecieron a sus antepasados, como el de un Picasso que el empresario Paul Leffmann vendió para huir de Alemania y que finalmente se quedó el Museo de Arte Metropolitano (Met) de Nueva York.
Además de esta medida, la gobernadora del estado, la demócrata Kathy Hochul, firmó otras normas relacionadas con el Holocausto, entre ellas una que permitirá al Departamento de Educación comprobar si las escuelas enseñan correctamente los hechos históricos.