Resiliencia mantiene viva a las bodegas

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Bodegueros no se rinden pese a los asaltos, la crisis, la pandemia o la competencia mercantil

Bodegueros no se rinden pese a los asaltos, la crisis, la pandemia o la competencia mercantil

Gery Vereau | New York Hispano | Colaborador

Nueva York

Toda la elegancia de una bodega pasa por sus anaqueles. Si están vacíos no es bueno para el negocio. Es como si a un traje le faltaran los botones o el cierre: no luce bien.

Ante un anaquel mal vestido el público se retira, porque piensa que el negocio está en quiebra o en baja, así es el comportamiento humano, dice Radamés Rodríguez, dominicano, presidente de United Bodegas of America (UBA).

En cambio, la bodega neoyorquina latina, como la de otras razas, tiene, más allá de toda moda, epidemia o crisis económica, un alto grado de resiliencia.

Radamés sostiene que durante la pandemia del Covid-19 fallecieron unos cien bodegueros y familiares, y ahora mismo pese a los nubarrones de la economía, continúan abiertos, demostrando que los propietarios de las tiendas de conveniencia están hechos,
metafóricamente, de fuego y acero.

En la página web de United Bodegas of America hay un párrafo que parece contradecir la resiliencia bodeguera.

“El aumento de los alquileres comerciales, las grandes superficies comerciales en la planta baja y los cambios de zonificación han tenido un gran impacto en los pequeños negocios, cerrando más de mil cada mes y dejando un exceso de escaparates vacíos,” se lee
en unitedbodegasofamerica.net/nuestra-historia (el énfasis es nuestro) Al parecer un ratoncito travieso se coló en la redacción, porque Radamés dice que eso no es cierto, contradice su propia página web y dice que corregirá los datos.

“Yo diría que un 3% de las bodegas han cerrado, no más” concluye Radamés.

Si las organizaciones que reúnen a los bodegueros, incluído Bodega and Small Business Group, del también dominicano Frank Marte, hablan de que existen aproximadamente 12,000 bodegas latinas en New York,  entonces fueron unas 360 bodegas las que cerraron puertas para siempre.

Todas o casi todas las bodegas -dado que eran negocios esenciales- estuvieron abiertas durante la pandemia haciendo frente al Covid-19.

La tarde del domingo 2 de abril, mientras la lluvia apagaba y prendía sus velas en Nueva York, el mexicano Beni Martínez reconocía la ayuda fundamental que la bodega de su barrio le prestó en esos días que el Alto Manhattan, y todo New York, parecía una ciudad fantasma.

“Realmente esta bodega fue el único lugar que teníamos para comprar y hasta para conversar o preguntar algo” dijo Martínez mientras salía de comprar cerveza de O Y B Deli & Grocery Corp, en el Alto Manhattan, de la dominicana Barbara Moreta.

Barbara ha sido propietaria, con su esposo, de cinco bodegas desde que llegó a Estados Unidos en 1985, y es ella la que pasa más tiempo al frente del negocio.

Ella vive el día a día de los principales problemas de los bodegueros de hoy: asaltos y robos al por menor, incremento de la renta (a ella aún no le toca renovar el arrendamiento) o los altos costos de la luz eléctrica.

En su tienda sufre pequeños robos, nada a gran escala, pero no asaltos, a Dios gracias dice, pero sí ha tenido problemas con altos costos de la luz. Una factura reciente llegó a $3,000, se le nubló la mente, pero puso manos a la obra.

En ConEdison le informaron que una segunda compañía la había inscrito en un nuevo plan de suministro con mayores costos. Lo peleó y la luz volvió a los costos anteriores para su tranquilidad, aunque tuvo que pagar una pequeña multa por desafiliarse de una empresa a la que nunca se había suscrito.

Instó a los demás bodegueros a no dormirse y a tomarse su tiempo para averiguar por qué se paga tanto.

En ese sentido, ConEdison tiene una página que puede ser útil para los hombres de negocios, accessible en español, para averiguar el costo real de consumo de energía eléctrica para locales comerciales en el siguiente enlace: coned.com/es/accounts-billing/your-bill/rate- calculators

Para otros como Edwar Bello, dueño de la bodega “Bello MiniMarket”, es imposible reducir las altas facturas de luz y tiene que vivir con ello; sobre todo en verano cuando se disparan estos costos hasta niveles del precio de la renta de su local. “ConEdison es el comunismo, hay que pagar lo que ellos dicen,” anotó.

Bello es de aquellos que han tenido una mala experiencia con su propietario.

Tuvo que entregar su anterior bodega ubicada en Grand Concourse, en el Bronx, porque el dueño nunca le quiso dar el contrato de arrendamiento, aunque le tenía que dar $40 dólares diarios para que le entregara el contrato cosa que el propietario nunca lo hizo. Ni ante el juez pudo resolver su situación.

Finalmente se sacó el problema de los hombros entregando la bodega y abrió la que ahora tiene en St. Ann’s Ave, en El Bronx. Allí pasó toda la pandemia y, hasta ahora no ha tenido episodios de violencia o robos armados salvo de pequeños robos, como de jabones, sodas o frijoles.

Sin embargo, Bello cree que ningún bodeguero está a salvo de la ola de robos en la ciudad y pide que, a nivel estatal, se eleve la pena por robos menores por encima de la actual barrera de los $1,000 y se eleve la fianza para los delincuentes.

Por el momento en Albany, sede del legislativo estatal de New York, no hay intención ni proyecto alguno para modificar la ley de fianzas que, así como está redactada, según el alcalde de New York, Eric Adams, ha permitido que 2,000 delitos graves hayan sido
ejecutados por reincidentes que están bajo fianza.

Por su parte, Marjorie Velásquez, la concejal del Distrito 15 de El Bronx, y presidente del Comité de protección al consumidor y el trabajador de la municipalidad de New York, afirma que sí hay legislaciones del estado que se deben fortalecer para defender al bodeguero, pero anota que la ciudad proporciona apoyos a estos negociantes que les puede ayudar en la gestión de sus negocios.

“Quiero aclarar que la ciudad tiene la agencia NYC Small Business Services, que le provee recursos e información al bodeguero, desde las licencias hasta resolverles problemas con multas y violaciones”, dijo Velásquez.

La concejal precisó que una gran ayuda para atrapar y combatir la delincuencia es proporcionar y someter a la policía y/o la fiscalía respectiva los videos capturados en la bodega, pues “eso permite aumentar los cargos, de acuerdo a cada situación,” dijo.

Existen tensiones entre los bodegueros y los alguaciles por el tema de ventas de cigarrillos por unidad, prohibido en New York desde el 18 de enero del 2014, y las multas por vender licores y cigarrillos a menores de 18 años.

Radamés se queja de que, en muchos casos, hay “encubiertos”, menores de edad que simulan ser mayores, especialmente en las horas pico de ventas y a veces engañan a los bodegueros.

“Lo que quiero decir es que nosotros estamos por el cumplimento de la ley. Entre nuestros afiliados nosotros predicamos que se debe pedir identificación al comprador, que se debe cumplir la ley, que nos oponemos, rechazamos y combatimos las ventas ilegales de cigarrillos y licor a menores de edad”, dijo el presidente de UBA.

Agregando a todos los problemas cotidianos que, según sus directivos, han sufrido hay uno más: la competencia despiadada por sacarlos del medio.

Algunos rubros que los bodegueros entrevistados han puesto como ejemplos: la venta de leche que también ofrecen las tiendas de 99 centavos; ventas al detalle de productos de urgencia como detergentes, jabones, enlatados ofrecidos por las llamadas tiendas oscuras o establecimientos como Cotsco, que ofrecen artículos de primera necesidad con precios más baratos al por mayor, han mermado de algún modo sus ventas.

Bodegueros como Luis Colón, Barbara Moreta, Waskar Soto, Juan Tejeda, Edward Bello, saben una cosa: este negocio de las bodegas les gusta, como les gusta el “bochinche” diario con la comunidad y no piensan abandonarlo, pase lo que pase.

EL DATO

 Las organizaciones de bodegueros estiman que existen 20,000 bodegas en New York City de las cuales aproximadamente 12,000 bodegas son latinas, la mayoría dominicanas, que han desplazado a las puertorriqueñas dominantes entre los años 50 y 60.

 El mayor número se ubican en el condado de El Bronx, donde pueden encontrarse hasta cinco bodegas por cuadra.

-Aviso-

Publicado el 13 de Abril 2023

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