Acelerar el metabolismo no es difícil y lograrlo es vital para conseguir una pérdida de peso eficiente, sobre todo a partir de los 50
El metabolismo son los procesos del cuerpo para conseguir energía y llevar a cabo funciones básicas vitales. Lo que siempre se desea en un proceso de pérdida de peso es acelerarlo para que el cuerpo queme un mayor número de calorías a la hora de transformar los alimentos en energía.
Lo malo es que este proceso se ve afectado por el paso del tiempo y por malos hábitos, ralentizándose y quemando menos calorías realizando la misma actividad. Todo esto tiene varias consecuencias, pero la que nos ocupa es que cada vez cuesta más trabajo adelgazar.
¿Por qué? Una de las razones de que esto ocurra es la sarcopenia, o reducción de la masa corporal como consecuencia del envejecimiento. El músculo quema más calorías que la grasa, por lo que a una menor cantidad de masa muscular, un metabolismo más ralentizado. Para evitarlo, existen ciertos hábitos fáciles que ayudan a acelerar el metabolismo:
Los trucos más fáciles para acelerar el metabolismo
No reducir la ingesta de calorías de manera drástica: para perder peso y no recuperarlo, no debes restringir drásticamente la ingesta calórica y mucho menos sin la supervisión de un experto. El cuerpo necesita un aporte mínimo de calorías diarias y la supresión de esta fuente de energía supondrá forzar el metabolismo y ralentizar la pérdida de peso, además de que resta energía para la realización de ejercicio. Por tanto, no deben consumirse menos de 1200 calorías al día para evitar la ralentización del metabolismo.
Beber agua en ayunas: consumir agua a primera hora de la mañana y antes del desayuno activa el metabolismo y ayuda a potenciar la eliminación de líquidos. Según afirman algunos expertos, no es necesario que el agua sea fría puesto que el gasto energético que se emplea para calentar ese agua no tiene unas consecuencias demasiado significativas en la pérdida de peso.
Incrementar el consumo de vitaminas del grupo B: los alimentos ricos en vitamina B necesitan mucha energía para ser digeridos. Además, la vitamina B12 ayuda a transformar los alimentos que ingerimos en energía que las células pueden utilizar, estando además relacionada con el equilibrio del sistema nervioso.
Hacer entrenamiento de fuerza: siempre se ha pensado que el cardio es el ejercicio que más peso te hace perder pero lo cierto es que el entrenamiento de fuerza es el que más incide en el metabolismo. Esto se debe a que el trabajo de fuerza conlleva un aumento del volumen muscular, y cuanta más musculatura tengamos, más calorías quemamos en reposo debido a un aumento del consumo de oxígeno celular.
Incrementar el consumo de proteínas: las proteínas aumentan la tasa metabólica del organismo y favorecen la saciedad, favoreciendo así la pérdida de peso. Siempre hay que elegir versiones saludables como las proteínas magras presentes en el huevo, el pescado o en carnes como pavo o pollo y en lácteos como el kéfir.
La fruta, mejor entre horas: tomar fruta siempre es una buena opción pero los expertos aconsejan tomarla entre horas para mantener el metabolismo activo. Además, según ciertos expertos, es mejor tomarla sola, sin alimentos con proteínas o grasas, porque puede hacer que no se digieran bien, trayendo consigo la inflamación.
Tomar infusiones después de comer: tomar determinadas infusiones y tés tras la comida y la cena acelera el metabolismo y elimina toxinas del sistema digestivo, promueve el proceso de metabolización de la grasa, combate la retención de líquidos, ayuda a controlar el apetito y proporciona energía.
Publicado el 10 de Setiembre, 2024