El legendario Hotel Roosevelt cierra sus puertas y deja en la calle a trabajadores latinos

Los empleados, entre ellos gran cantidad de hispanos, del Hotel Roosevelt, informaron sentirse decepcionados con la administración de este legendario centro de hospedaje neoyorquino, las que los han dejado en la mera calle.
Esto tras enterarse del próximo cierre definitivo -y por tanto de su condición de desempleados- a través de redes sociales, con preguntas acerca de su indemnización en el aire.
Marlene Cárdenas, empleada del Hotel Roosevelt, dijo muy disgustada que “merecemos un ejemplo de justicia. El contrato dice que nos tienen que dar dinero, es como que ni nos conocieran”.
Esta empleada hispana y sus compañeros se presentaron ante un local cerrado de su sindicato, cuyos líderes dicen que ellos mismos fueron recientemente informados por la compañía del cierre de sus instalaciones a final del mes, citando la pandemia y la falta de ingresos.
“Porque uno le da tantos años a una compañía, uno quiere, por ejemplo, que miren por uno porque tenemos familias que mantener”, explica la empleada.
Sentimientos y preocupaciones que comparten los latinos como Luis G. García, que llevaba 23 años trabajando en los banquetes ofrecidos en el Hotel Roosevelt.
“Es un cúmulo de emociones. Todas, obviamente, negativas: tristeza, frustración. La mayoría somos latinos: puertorriqueños, dominicanos, colombianos, venezolanos, mexicanos”, explica García a los medios de comunicación.
El sindicato dice que ha presentado dos demandas contra el hotel: por no cumplir con la notificación 90 días previo al cierre y por no presentar documentación del propósito futuro del edificio, lo que impacta los paquetes de indemnización de los empleados.
Agregaron que presionarán por su liquidación y cobertura médica de estos casi 600 empleados hasta el fin de año. Los empleados quieren que las autoridades intervengan.
Tal y como lo explica, Eddy Segura, empleado del Hotel Roosevelt: “Que no permitan que los propietarios del hotel salgan con la suya. Quieren mandar a la calle a unas 600 familias”, reclamó.
El propietario actual del hotel es el gobierno paquistaní. Se trató de establecer comunicación con su consulado en la ciudad, sin recibir respuesta.