Religiosos y fieles unidos ayudaron en los funerales de decenas de hispanos víctimas de la pandemia Covid-19 y siguen ofreciendo asistencia a los necesitados
Karina Terán-Alvear/New York Hispano -Colaboradora
Con la pandemia las iglesias cerraron y durante meses se han visto obligadas a ofrecer servicios religiosos en forma digital. Este cambio las ha puesto a prueba al igual que a sus fieles, en momentos en los que mantener la fe ha sido fundamental. Han sido también las iglesias las que han brindado ayuda a nuestras comunidades más necesitadas.
Fabián Arias, pastor de la Iglesia Luterana de Saint Peter’s en Manhattan y líder de su congregación hispana, señala los tiempos duros que ha sido este tiempo, pues el Coronavirus afectó mayormente al sector más vulnerable, en su mayoría hispanos.
“A inicios de la pandemia a diario llegaban las noticias de muerte. De nuestra congregación murieron más de 60 personas, el 99% latinos. Recibía llamados de personas a punto de morir, de familiares que no podían retirar cuerpos de sus familiares en hospitales y sin dinero para pagar funerarias. Era el llanto de personas que vieron irse a su familiar en una ambulancia para no verlo nunca más” relató.
La labor de servicio de este pastor se ha enfocado en estar con la gente. “Hacíamos funerales donde se podía, en las casas, en la calle, al pie de los coches fúnebres o en la puerta de un cementerio. La pandemia evidenció que los sectores más pobres y marginados son los que más sufren, como el caso de inmigrantes que no cuentan con subsidios, a quienes nos tocó desde la primera semana de cuarentena llevarles bolsas de comida, pues al no poder trabajar no tenían medios para sobrevivir” acotó.
Por su parte, el Obispo del Sínodo Metropolitano de Nueva York, Paul Egensteiner, y su equipo de trabajo han atendido las necesidades urgentes de grupos desprotegidos, brindando cuidado pastoral a niños sin compañía e inmigrantes en centros de detención, y proveyendo alimentos a las comunidades latinas sin acceso a servicios gubernamentales.
Mantener la fortaleza espiritual de sus creyentes ha sido un reto para todas las iglesias. Una de las más concurridas en la ciudad de Nueva York es la iglesia cristiana de Hillsong que a pesar de concentrar a miles de seguidores en sus celebraciones, ha logrado conectarlos virtual y globalmente a través del culto en las redes sociales y por medio de su canal de tv en línea.
Para Roberto Lara, asistente del Obispo del Sínodo Metropolitano de Nueva York en Comunicaciones y Desarrollo, la pandemia ha demostrado que las iglesias deben desarrollarse más dentro del mundo digital para promover la palabra de Dios. “Fue difícil cambiar tradiciones arraigadas a tradiciones orales, pero nos vimos obligados a explorar estos canales y ahora vemos a nuestras congregaciones moviéndose dentro de este espacio digital y atrayendo nuevos miembros” afirmó.
Lara reconoce que muchos se alejaron rehusándose a participar de servicios en línea, mientras que otros se adaptaron muy bien al sistema: “Hemos visto ambos grupos y sorprendentemente mucha de la gente que se acogió a los medios digitales fue gente mayor y latina. Se están rompiendo fronteras y muchos latinos de afuera se han unido” agregó.
Económicamente las iglesias también se han visto afectadas y varias han tenido que cerrar. “Ya no generamos ingresos por renta para eventos, y aunque tener un espacio cerrado no genera gastos, la falta de ingresos es mayor” agregó el pastor Arias, recalcando que en las donaciones también se ha visto una baja, y hay una urgencia para muchas iglesias en volver a la normalidad.
Algunas parroquias como la Iglesia Católica de San Sebastián en Woodside, Queens ya están abiertas para celebraciones presenciales y sus feligreses han comenzado a asistir paulatinamente, con capacidad limitada y guardando los protocolos.
Otras se mantienen de forma digital y otras continuarán de manera mixta. Se espera que las experiencias digitales sigan a futuro para unir a más personas a la distancia.
“Mantener los servicios por estos medios ha sido maravilloso. Durante este tiempo no hemos parado de ofrecer misas, catequesis, estudios bíblicos, etc., hemos usado todos los recursos para estar en contacto. La gente se ha acercado más y hora desde otros países formando una comunidad más universal que nos ha permitido estar juntos” concluyó el pastor Arias.
17 de Marzo 2021